jueves, 11 de marzo de 2010

LA INDUSTRIA DEL AZULEJO EN CASTELLON

Documento interesante que planteaba las posibilidades futuras de la industria castellonense del azulejo, como podemos ver aboga por una fuerte y pronta internacionalizacion, algo que no se hizo en su momento de un modo suficientemente consistente y ahora se estan sufriendo los daños generados por esto. Pegadle un vistazo esta realmente bien...

Azulejos flexibles ... y rentables

La industria azulejera de Castellón es una de las pocas, por no decir la única, de las industrias españolas que aparecieron en el ya clásico estudio sobre la riqueza competitiva de las naciones que M. Porter publicó hace ya once años. Este profesor de escuela de negocios de Harvard señalaba en su estudio que “aproximadamente el 90% de la producción española de pavimentos cerámicos se concentraba en Castellón, en el noreste de España al norte de Valencia” y señalaba que a pesar de su pujanza “su amenaza a la industria italiana de la cerámica no era aún inminente”. El estudio presentado por KPMG hace algunos días sobre la comparación de las empresas cerámicas de Castellón y las italianas muestra como esta última afirmación de M. Porter se ha quedado desfasada.

Ya hace diez años estaba claro que la posición competitiva de la industria cerámica de Castellón contaba con muchos elementos favorables. El clima y la tradición hacen de España una de las mayores consumidoras de azulejos por persona. Además la red de depósitos arcillosos contiene menos residuos orgánicos que la arcilla italiana lo que favorece que hallan menos defectos de producción, tiempos de cocción menores y, por tanto, mayor calidad y competitividad. La decisiva inversión en nuevas tecnologías durante el final de los años 80 y los años 90 y las mejoras en el aprovisionamiento de gas fortalecieron todavía más a la industria que, en estos momentos, puede competir en condiciones de igualdad con el gigante italiano.

Todas estas condiciones han favorecido que la industria azulejera castellonense sea mucho más rentable que la italiana a pesar de que la producción de las 21 mayores empresas españolas sea la mitad de las 21 primeras empresas italianas.
En concreto la rentabilidad de las principales empresas azulejeras de Castellón fue del 7,6% de las ventas frente al 2,6% de las empresas italianas. Y esto a pesar de que se ha producido una pequeña caída de la rentabilidad en las empresas cerámicas que el año anterior se situaba en el 8,5% y la previsión es que el margen continúe reduciéndose ante la mayor competencia internacional.
En cualquier caso el margen de maniobra de las empresas azulejeras castellonenses es muy superior al de sus homónimas italianas que seguirán viendo como el transporte de las materias primas y, en menor medida, sus mayores costes laborales, lastran sus cuentas de resultados.

Dada esta situación sería importante que las empresas azulejeras castellonenses hicieran frente al único reto que todavía se les resiste: la internacionalización. Es cierto que las exportaciones de las empresas cerámicas españolas han aumentado desde el 37% de la producción de 1987 al 51% del año pasado. Sin embargo la industria italiana exporta el 70% de su producción, lo que le permite seguir dominando el mercado internacional. Aumentar el peso de los mercados internacionales es una estrategia todavía más importante si se tiene en cuenta que la capacidad de absorción de la producción por parte del sector de la construcción español va a disminuir ante la previsible reducción de la producción de viviendas que se espera para los próximos años.
Sin embargo esta estrategia de mayor apertura de los mercados internacionales debería realizarse de forma que se prestara atención a una adecuada diversificación de los clientes. Las empresas italianas ya han aprendido la lección con la desaceleración reciente de la economía de Estados Unidos. Por suerte hasta el momento la diversificación de las azulejeras castellonenses les ha permitido hacer frente a la caída de la demanda proveniente de Norteamérica con las ventas al este de Europa y Arabia Saudita. Además su menor tamaño es también una ventaja en este aspecto pues facilita una mayor flexibilidad a las empresas azulejeras de Castellón.
Por último se debe insistir en la importancia de la creación de marca en la internacionalización. El “made in Italy” vende todavía mucho en los mercados internacionales a pesar de que la calidad y el nivel de innovación de la cerámica de Castellón es tan alta o superior a la de sus competidoras italianas. Por eso es también fundamental promocionar la producción española en el mundo hasta situar el “made in Castellón” en el lugar que le pertenece.


Liberalización, ¿qué liberalización?

La Cumbre de Barcelona ha vuelto a poner en el centro de las discusiones de política económica la cuestión de la liberalización de los mercados. Sin embargo no todos los países de la Unión Europea tienen la misma visión sobre la cuestión. París y Berlín forman un eje que intenta alzarse con la medalla de “defensores de la economía social” y opositores a la liberalización. Sin embargo, al mismo tiempo, se muestran contrarios a aumentar la ayuda al desarrollo. Por su parte en España, donde el gobierno saca pecho diciendo que la liberalización avanza más rápido que los compromisos europeos, la misma es más nominal que real como se puede comprobar en los sectores eléctrico, de gas o en las líneas aéreas. Sin embargo nadie habla del terrible efecto de la política agraria común sobre la competencia mundial, la liberalización efectiva de los mercados internacionales y el desarrollo de los países del tercer mundo.
La realidad es que el mundo está viviendo un nuevo episodio de proteccionismo comercial, una práctica que se creía ya superada. El Gobierno de Estados Unidos pretende imponer aranceles al acero, la agricultura y los semiconductores además de las subvenciones a sus líneas aéreas. La Unión Europea se queja y pide represalias cuando a su vez subvenciona también a sus propias líneas aéreas. Es una auténtica ceremonia de la confusión. Muchos liberalismo de boquilla y poca libertad económica. Los mercados internacionales de muchos productos siguen atados de pies y manos ante el control que ejercen los grandes bloques económicos que no pueden renunciar a la protección de sus ineficientes productores. El señor Bové sigue luchando contra la globalización mientras cobra sustanciales cantidades de la Unión Europea que subvenciona de forma escandalosa la producción de muchos productos agrarios y ganaderos y empobrece a los países productores de materias primas del tercer mundo. Mientras la Política Agraria Común siga en pie hablar de liberalización y de libre comercio mundial es simplemente una entelequia. Es una forma de calmar la propia conciencia que tienen los “pseudo liberales” para justificar su adjetivo mientras, mediante al recurso del “y tu más”, aumentan el proteccionismo y dificultan la auténtica competencia.
Otra cosa queda clara en esta guerra comercial reciente. Depende de que sector sea el perjudicado la reacción es más pronta e intensa o menos. La Unión Europea no ha tardado en responder con represalias a la amenaza de imponer altos aranceles al acero lanzada por Bush desde Estados Unidos. Las exportaciones alemanas y francesas peligraban. Sin embargo cuando las mandarinas valencianas son excluidas del mercado norteamericano sin una justificación clara las cosas llevan otro ritmo.

Moraleja: en esta época de creciente lucha comercial lo mejor es tener una representación directa en la Unión y no dejar en manos de otros nuestros legítimos intereses comerciales.

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